Mediante la Sectorización de Redes de Distribución Hidráulica, Ingeniería Integral del Agua (IIASA) proporcionará a su disposición áreas delimitadas y equilibradas para la provisión de agua. Esto resultará en una distribución ordenada, la expansión de los horarios de servicio, la disminución de pérdidas y la reducción de los costos operativos. Además, esta estrategia conlleva la obtención de mejoras evidenciadas mediante la reducción de agua no contabilizada.
Tras la exhaustiva recolección y análisis de datos de carácter técnico y comercial, junto con la ejecución de simulaciones en las redes, apoyadas en tecnologías de modelado hidráulico y sistemas de información geográfica (SIG), IIASA pone a su disposición el servicio de sectorización. Este consiste en la delimitación de distritos hidrométricos o “subsectores” que son definidos conforme a las características topográficas e hidráulicas específicas. En esta delimitación se establecen puntos de control equipados con instrumentación para la entrada y salida de agua, supervisión de la presión y el caudal. Esto permite llevar a cabo un seguimiento detallado de los flujos hidráulicos y facilita la toma de decisiones encaminadas a mejorar el control y la distribución de los servicios.
La sectorización permite dividir la red en áreas más manejables y específicas, lo que resulta en una distribución más equitativa y eficiente del agua a través de distintas zonas. Esto previene desequilibrios en la presión y el flujo, asegurando que cada área reciba el suministro adecuado.
Al segmentar la red en sectores más pequeños, es posible detectar y controlar de manera más efectiva las fugas y pérdidas de agua. Esto lleva a una disminución significativa en las pérdidas no contabilizadas, lo que a su vez conserva un recurso tan vital como el agua y reduce los costos de operación.
La sectorización permite un mejor control y gestión de los recursos hídricos disponibles. Al enfocarse en áreas más específicas, es posible asignar el suministro de agua de manera más precisa según las necesidades de cada sector, evitando desperdicios y maximizando la eficiencia.
Al contar con zonas claramente definidas y controladas, es más sencillo llevar a cabo operaciones de mantenimiento, reparación y expansión de la red. Esto agiliza las intervenciones y minimiza los tiempos de respuesta ante problemas o necesidades de la red.
La sectorización puede llevar a un incremento en los horarios de servicio de agua potable en cada zona, ya que la gestión más precisa de la distribución permite utilizar los recursos de manera más efectiva. Esto tiene un impacto positivo en la satisfacción de los usuarios y en su calidad de vida.
Al implementar sistemas de monitoreo en los puntos de control de cada sector, se recopila información valiosa sobre el comportamiento hidráulico de la red. Esta información respalda la toma de decisiones informadas para mejorar la operación y planificación a largo plazo.
La identificación y corrección temprana de problemas, así como la reducción de pérdidas no contabilizadas, conducen a una disminución en los costos de operación y mantenimiento. Esto se traduce en una gestión financiera más eficiente para las entidades responsables de la red.